lunes, 16 de enero de 2012

5_ Funerales modernos, oportunidad de negocio

Hace poco estuve en el funeral del exnovio de mi prima. Llevaban varios años juntos, aunque no coincidí con él en muchas ocasiones. Trabajaba como monitor de tiempo libre en Huesca, y no me gustan demasiado los deportes de riesgo. Tuvo un accidente en Paraguay, no mientras descendía ningún cañón, sino al colisionar el ciclomotor en el que viajaba con un camión. Un peatón despistado, anciano, fue el último eslabón en la caprichosa cadena del azar que provocó el trágico desenlace. Cada segundo cuenta. Si ese día hubiera apurado un poco más el café del desayuno, aún estaría vivo. 

Se celebró un acto en su ciudad natal, Zaragoza, en una sala de conferencias de un polideportivo. Acudieron amigos, familiares, solo gente que tenía o había tenido una relación más o menos estrecha con el difunto. Se proyectaron muchas fotos, quizá demasiadas, de X, llamésmole X, en diversas situaciones de la vida. A bordo de piraguas, con el arnés, haciendo senderismo, encima de un dromedario en la puerta del desierto. También muchas fotos de grupo, en plan equipo de fútbol. 

Se leyeron textos que loaban las virtudes del fallecido. Y lo cierto, es que las palabras de alabanza no me parecieron infladas ni falsas, se ajustaban exactamente al perfil de X. Cuando decían "era de las mejores personas que he conocido", es porque realmente era de las mejores personas que había conocido. Un tipo de esos buenos que hay por la vida. 

Fueron textos emotivos, y todos echamos la lagrimilla, pero quizá faltó un poco de organización. Un sistema de megafonía para escuchar los panegíricos, un conjunto de videos con un montaje más profesional, incluso una propuesta musical más rotunda, acorde con los gustos del homenajeado. 

Pensé en que así serán los funerales, casi todos, en el futuro. Un recuerdo simpático, ligero, sincero, de la persona querida muerta, y cada vez con un despliegue técnico más depurado cada vez, ejecutado por profesionales en la materia, cuyo nombre está aún por crearse, en términos de branding. ¿Dead manager?

Imaginé también en mi propia muerte, en los videos, fotos y músicas que alguien ajeno a mí seleccionaría para recordarme. Pero prefería pensar más en la parte procaz del asunto, y en la oportunidad de negocio que ahí se escondía. Si tuviera recursos y fuerzas para emprender, podría ser una interesante aventura empresarial. 

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